Cómo leer en la cama con buena luz
Uno de los mayores placeres es leer en la comodidad de tu cama, pero es muy importante hacerlo con una buena iluminación. Acá te contamos algunas ideas y consejos para que disfrutes de esos momentos de la mejor manera.
Luminaria flexible y dirigible:
Una de las reglas básicas para iluminar bien tu dormitorio (en caso de compartirlo) es lograr una luz que nos permita ver con claridad sin molestar a la persona de al lado. Para ello, es ideal una luminaria con brazo flexible y dirigible, y si es posible, con regulador de intensidad.
En Bascú House podés encontrar diversos modelos, desde portátiles para escritorios y mesas de luz, hasta luminarias de pared fijas. Dos de las portátiles más vendidas para colocar en la mesa de luz son las siguientes: Lámpara Portátil Flexible LED y Lámpara Portátil Flexible Nórdica. En cuanto a las luminarias de pared fijas, destacamos al Aplique Nórdico de pared, es súper dirigible y cómodo. Si estás buscando un estilo rústico también tenemos disponible a nuestro famoso Aplique de Pared - Artesanal.
Favorecer la postura en todo momento:
Las lámparas que utilicemos nos ayudan a mantener una buena postura que nos permita descansar mientras leemos.
Para lograr esta comodidad, colocar apliques flexibles al costado de la cama es una gran opción, también una lámpara con pinza para enganchar al respaldo de la cama, o una de mesa que podamos orientar fácilmente hacia donde está nuestro libro.
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Luz algo más fría:
Si bien para la iluminación de ambiente se recomienda una luz cálida que favorezca un contexto relajante, en el caso de la luz para la lectura es preferible optar por luz blanca de baja intensidad, idealmente dirigible para crear una luz puntual hacia nuestro objeto de lectura.
La luz fría, de unos 4.000K- 5.000K es apropiada para los ambientes donde se requiere poner atención, como en el caso del estudio o la lectura.
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Respetar la decoración de nuestra habitación:
Para integrar con estilo y un toque de diseño la luz para lectura, las lámparas colgantes que caen desde el techo hasta ambos lados de la cama son una gran opción.
Como siempre, la luz tiene que llegar de arriba hacia abajo. Eso sí, hay que tener cuidado a la hora de ubicarlas, que no estén muy pegadas a la pared del cabecero de la cama, para evitar que nos molesten nuestras propias sombras, ni tampoco muy alejadas. El mismo resultado se puede conseguir con unos apliques en el cabecero de la cama.